Hoy en clase se nos ha propuesto comentar alguna
película que conociésemos sobre el mundo de la educación. Pensaba hablar de Los
400 golpes porque, sinceramente, en lo que respecta al mundo de la infancia
y sus enfrentamientos con la realidad gris de los adultos (la de profesores y
padres que no le entienden) es la mejor película que conozco; aun así, esa
condición de clasicazo de la Nouvelle vague y la altura cinematográfica
de su director, Truffaut, creo que se me quedan un poco grandes, pues la verdad
es que, pese a haber visto muchas películas, de cine no controlo mucho a nivel
artístico-formal.
Se me ocurrió que podía comentar también una película
que me gustó mucho el año en que salió, se trata de Profesor Lazhar y
creo que me gustó por no ser la típica historia de alguien que quiere cambiar
la vida de los alumnos del día a la mañana. Esta película trata de las heridas
que compartimos todos y cómo podemos sanarnos los unos a los otros. Os dejo una
sinopsis para que veais cuál es la idea: "Bachir Lazhar, un humilde
maestro de primaria de origen argelino, es contratado en un colegio de Montreal
para sustituir a una profesora que se ha suicidado ahorcándose dentro del aula.
En la escuela, Lazhar entra en contacto con un grupo de niños que están muy
afectados por el trágico suceso. Pero Lazhar entiende bien el duelo de los
pequeños porque él también ha sufrido una gran pérdida." (FILMAFFINITY). La
recomiendo porque me parece mucho más humana y realista que lo que solemos
conocer por cine de educación.
A pesar de lo dicho, si de verdad tengo que
recomendar una película relacionada con la educación, creo que escogería FLCL o Fooly Cooly. En
realidad no es una película sino una serie de animación de seis capítulos y
trata la educación de una manera exageradamente particular:
Todo comienza cuando Nandaba Naota, un chico de
12 años pero bastante maduro para su edad, y admirador de su hermano mayor, Tasuku,
que ha ido a Estados Unidos a jugar baseball, se encuentra aburrido y atrapado
en la cotidianeidad de la vida, acompañando a la solitaria novia de su hermano
llamada Samemija Mamimi debajo de un puente en el tranquilo pueblo ficticio de
Mabase, coronado por una enorme fábrica llamada Medical Mecánical en forma de
plancha. Todo cambia un día en el que conoce abruptamente a una chica muy
extraña que lo atropella intencionadamente y lo golpea con su bajo eléctrico en
la cabeza, lo que le provoca que le salga un enorme chichón. A partir de ese
momento, su vida dará un giro de 180 grados, y comienzan a suceder extrañas
cosas alrededor de él; le salen cosas extrañas de la cabeza, como orejas de
gato y gatillos de revólver que tiene que ocultar a sus amigos, es tragado por
robots o se ve envuelto en una pelea entre Haruko y Medical Mecánica por
conseguir a Atomsk, el rey pirata capaz de robar planetas enteros (información
extraída de Wikipedia)
También
me parece un buen resumen el que nos brinda una usuaria de Filmaffinity que,
aunque no lo parezca, valoró de manera muy positiva la serie:
Los
creadores de este frenético despropósito tenían en la mollera romper los moldes
de la industria del anime cuando crearon "FLCL", porque la pregunta
"¿qué coj***s estoy viendo?" o "¿qué c**o está pasando
aquí?" es muy frecuente a medida que empiezan y terminan sus seis
capítulos, donde vemos la ajetreada vida de Naota, un joven que es asaltado por
una supuesta chica (que está como una p**a cabra) proveniente de otro planeta y
que su encuentro le sirve para que de la cabeza le salgan multitud de cosas
extrañas para así poder combatir a robots aún más raros.
Vale,
sé que estaréis pensando: “vaya locura” o “¿pero dónde está la educación
aquí?”. La verdad es que la serie no puede estar más abierta a
interpretaciones, pero creo que, al menos desde mi punto de vista, la educación
es una de las cuestiones fundamentales de la obra. Aunque parece que no te
enteras de nada mientras la ves, luego te das cuenta de lo clara que es en sus
temas: el crecimiento, la incomprensión de los adultos, el fracaso de intentar
ser quien no eres, las dificultades de la adolescencia, los amores no
correspondidos, la incomprensión, etc. No parecen motivos inusuales en
películas que tengan por asunto la adolescencia y la educación, y es cierto, lo
fascinante de Fooly
Cooly es su tratamiento de estos temas básicos a través de un riquísimo
mundo visual nunca antes visto.
En
varias ocasiones se hace patente la desconexión que puede tener un adolescente
con el mundo artificial del instituto, una institución que no es capaz de
satisfacer las necesidades de los muchachos más allá de lo curricular. En FLCL
la educación se produce por unas extrañas vías, más vivenciales.
A ver
quién de vosotros se atreve, ¡son solo dos horas!
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